domingo, 15 de diciembre de 2013

La grande bellezza

Dove si trova la grande bellezza. E possibile, almeno, cercarla? E corretto dire che si puo cercare? La grande bellezza esce. Subito, in un posto che mai aspettabi, con gente sconosciuta o con il tuo amore piu profondo intorno. Ci porta a un altro stato spirituale, a un stato nel quale gli uomini non parlano piú, non si muovono, solo osservano e sentono quello che cé. A una massima si bacciamo mentre questo succede, solo i codardi, perche la propia soliditudine fa sentire cento volte in piu la situazione che accade. Perche quando troviamo la grande bellezza siamo soli nel mondo, siamo neonati. Siamo como pietre che non si sentono capasci di rispondere con gli atti a questo universo.

domingo, 2 de junio de 2013

-Ven aquí, siéntate entre mis piernas, pequeña. No digas nada, no hace falta. No quiero saber quién te ha hecho esto ni porqué estás tan asustada. No quiero que me cuentes de dónde viene todo ese dolor.
Sólo quiero que estés en silencio, aquí, conmigo. Sólo quiero acariciarte el pelo mientras te acurrucas en mí y te convenzo de que ya todo ha pasado, de que nunca mas volverás a sentirte así. De que, aunque apenas te conozca, no dejaré que vuelvas a revivirlo. Estás tiritando, Dios mío, no sé quién puede hacerle esto a una chica como tú, no sé quién habrá sido el hijo de puta. Pero deja de llorar, por favor. Sécate las lágrimas con mi camiseta e intenta dormir. Pareces una chica fuerte, debes ser una chica fuerte. Podrás con todo esto y yo te ayudaré. No me separaré de ti si, siempre y cuando tu lo desees así. Me sentaré en esta esquina todas las horas que hagan falta para que tu empieces a sonreír. Tienes que tener una sonrisa preciosa, seguro que sí. También pareces una chica sonriente. Sabes. En este momento siento que aunque seas una desconocida, me gustaría casarme contigo y no dejar que nadie mas vuelva a robarte tu sonrisa. Duerme, pequeña.

martes, 21 de mayo de 2013

- No entiendo que hacemos aquí. No entiendo porque me has traído hasta aquí ni entiendo tus ojos. No entiendo estas vacaciones en el Norte rodeados de cardos y de frío del que congela los huesos y no entiendo por qué estás tan raro hoy. No entiendo a que viene tanto misterio para venir aquí.

- Tengo algo para tí. Pero si quieres que te lo dé tienes que cerrar los ojos con toda la fuerza que puedas y dejarme tus manos. Te prometo que volvemos ya mismo.

- ¿Así?

- Bien. Ahora pon las manos en forma de cuenco, como si tuvieras una pelota dentro pero no quisieses que se saliese por ningún sitio. No puedes dejar ni un solo hueco. Y ahora... no te asustes.

- Darío, ¿qué es? ¿qué me has dado? Siento un cosquilleo que me está poniendo muy nerviosa...

- Ya puedes abrir los ojos.

-......


- Si, es una luciérnaga. Desde que me contaste como las cazabas de pequeña no he dejado de buscarlas. Por eso vinimos de vacaciones aquí. Por eso estamos durmiendo en una mugrienta casa en ruinas, porque se esconden en lugares apartados y húmedos. Por eso dije que no a todos y cada uno de esos sitios de la playa Mediterránea rebosantes de turistas con la piel roja y pelada. O a unas vacaciones en un buen hotel con spa para relajarse. Renuncié a todo ello por este momento. Por ver tus ojos de niña ilusionados sosteniendo una luz en medio de la noche, que sé que para tí, valen mucho mas que cualquier otra cosa. Espero que me perdones, pero, al menos para mí,  ha merecido la pena.





viernes, 17 de mayo de 2013

Hollywood intentando demostrar algo

Ayer volví a darme cuenta de la existencia de eso. De la fuerza con la que puedes aferrarte a una persona.
Me di cuenta de que lo que busco es todo lo que vi en esa pantalla gigante. Una conexión tan especial que den igual todas las cosas que haya a tu alrededor, que vivas para y por ello. Que no importe si algo es normal o no lo es, que no importe que es arriba y que abajo y que absolutamente todas las locuras parezcan justificadas.
De la película "el Gran Gastby" me quedo sin duda con la escena de las camisas.



martes, 14 de mayo de 2013

Nunca quería irse de ningún sitio. Esto era bastante triste porque siempre andaba haciendo maletas de aquí para allá, con lo cual eran muchas las veces que lo pasaba mal por tener que abandonar algún lugar.
Y eso pasó hasta que se dio cuenta de que, si por algo estaba triste, era por lo especial que había sido cada sitio que había pisado, por lo increíble que era la gente que dejaba en cada ciudad y por lo mucho que se había enamorado, incluso sin darse cuenta, de cada cosa que le rodeaba.
Echar de menos era mas sencillo y bonito de lo que pensaba.


martes, 7 de mayo de 2013

Le gustaba dibujar personas. Le gustaban las manos. Sobretodo las manos. Las manos de hombre fuertes y grandes. Esas manos que cuando te secan una lágrima no dejan espacio para mas y que cuando te arrancan la ropa lo hacen de una forma torpe y suave al mismo tiempo.

También le gustaban las manos de mujer. Las manos finas y delicadas, muy delicadas. Como las manos de las pianistas o las bailarinas que mueven sus dedos de una forma tan armónica y suave que no puedes dejar de mirarlas moverse.

Las manos de los ancianos eran su perdición. Las arrugas de toda una vida recogían la historia de todas las espinas que alguna vez se habían clavado allí cogiendo flores, de todas las astillas de madera que parecían imposibles de sacar, de todas las quemaduras de años y años de perfeccionamiento de unas croquetas que, seguramente, pese a su inexistente valoración a nivel mundial, debían estar entre las mejores que jamás alguien podía probar.

Sin embargo eran ellas, las manos, las que nunca había conseguido dibujar con exactitud. Las que nunca había logrado plasmar con la belleza merecida. Siempre torcidas, siempre con algún dedo demasiado largo y algún otro demasiado corto. Siempre con una expresión forzada, alejada de la natural forma con la que posaban ante ella.

Pero estaba segura de que algún día en las arrugas de sus manos se esconderían años y años de perfeccionamiento de las que, seguramente, y pese a su inexistente valoración mundial, estarían entre las mejores que jamás alguien podría dibujar.


lunes, 6 de mayo de 2013

Carolina I

Quizás equivocarse no estaba tan mal. Pensaba ella mientras se enrollaba en la manta de aquella habitación vacía.
Al fin y al cabo la fuerza que le había llevado a estar allí en aquel instante volvería a llevarla a alguna otra cama en alguna otra oscura habitación.

Esa fuerza siempre era infinita, esa fuerza nunca paraba, y esa fuerza era imposible de parar.
Llámalo azar, llámalo destino, llámalo karma.

Pero ella sabía que nuevas personas entrarían en su vida y estaba preparada para dejarse sorprender y llevar. Porque dejarse llevar, sonaba demasiado bien.

Pensaba que no era lo suficientemente lista como para que nadie llegase a quererla, pero sabía ser lo suficientemente intrigante como para que alguien se enamorase de ella. A partir de ese momento, todo se convertía en un juego y un sinsentido que le hacía sentirse viva.

Simplemente era de una manera extraña. No podía evitarlo. Andaba dando saltos y daba los buenos días a la gente que se encontraba por la calle con la expresión torcida. Se ponía sus vestidos de flores y salía a bailar con el viento, como si un compás perfectamente marcado la dirigiese.

Pero no entendía las metáforas. Apenas podía recordar el número de su portal. Nunca había terminado un libro y no compraba una entrada de cine a no ser que fuera para ver una película con mas efectos especiales que diálogos.

Le gustaba describirse a ella misma como una chica de acción. Pero sabía que sólo era un eufemismo.



domingo, 5 de mayo de 2013

Amanda I

Me colé en las paredes de aquel museo.
Aquellas esculturas de acero cortén me divertían desde las alturas.
Las personas aparecían y desaparecían como si estuviesen jugando a una especie de "escondite".
De repente me fijé en ella.
Con una dirección fija y con cara de sobriedad.
Hacía círculos como si fuese sonámbula, sin ninguna expresión, sola.
Era de verdad una chica extraña.
Quizás necesitase compañía.
Quizás podría haber bajado a acompañarla.
Quizás que se supiese cada recorrido de memoria con tanta seguridad me daba miedo.
Asi que simplemente me quedé estático observando como se movía de un sitio a otro.
Nadie mas que yo reparaba en lo que hacía.
Y ella volvía a empezar.
Siempre me han gustado los museos.
Y siempre me gustó Amanda.


Nunca sabremos si la naranja se llama naranja por la fruta o por el color

sábado, 4 de mayo de 2013

Patos con patas

Esta noche es solo mía. Esta noche bailaré en tu honor. Beberé por tu ausencia. Y sonreiré porque te echo de menos. Esta noche me siento fuerte . Esta noche la cama tendrá que esperarme.

Acumular mimos es algo que no se me da nada mal. Es como preguntarle a Papá Noel si tiene una gran capacidad para acumular juguetes. Yo los guardo y los guardo hasta que llega alguien a quien soltárselos todos de golpe. Y ese alguien, o mejor dicho, esos alguienes, ya tienen su billete para venir.


El pato. Destinado a ser un pájaro de tierra. Un torpe volador, trepador, hacedor de nidos...un torpe todo. Pero a pesar de ello, con alas.
Alas.

Una chica difícil, que no mujer

Todos cometemos estupideces. Todos cumplimos 20 millones de tópicos que nos empeñamos en negar. Todos decimos alguna frase de amor que parece sacada de un manual, por mucho que escapemos de ello. Todos.
Empezar un blog para mí es una gigante estupidez, os diré porqué.

Llevo 22 años de mi vida empezando cosas sin acabarlas. ¿Porqué hago esto? No lo sé, quizás porqué no sé bien lo que quiero, quizás porque me gusta estar en continua búsqueda de cosas nuevas.
Lo único que he sacado en claro es que este es mi quinto blog, después de uno que reunía todos mis desencantos emocionales en forma de relato, otro que recogía fotografías de todas mis colecciones, otro que contaba mis aventuras en Roma y otro obligatorio para mi clase de inglés.

Ahora yacen todos ellos pidiéndome que les saque a pasear. Pero yo voy con dos narices y me embarco en el segundo asalto, al que en realidad debería llamar quinto, sexto, o séptimo.
¿Por qué lo hago?
Me divierte escribir. Me parece placentero. El sonido de las teclas, su tacto.
Mi padre siempre hace mucho ruido con las teclas de su ordenador, quizás me recuerde a casa y por eso me guste tanto este sonido, puede ser.

Y digo que me recuerde a casa porque ahora mismo puedo decir que he vivido, vivo, y viviré en Roma. Y esto me hace muy feliz, muy muy feliz, porque es una ciudad espectacular. Y dentro de un par de meses me temo que esa frase cambiará.

Yo creo que para empezar este texto va bien. ¿Qué os parece? Yo creo que es suficiente.


Os diré que en esta foto se esconde el protagonista de todo. El protagonista del segundo asalto. Y el otro luchador.

A domani :)